Durante cada año, los contribuyentes tienen el deber de presentar la Declaración de la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Sin embargo, existen muchas dudas todavía en relación a aspectos como: cuál es el monto mínimo de pago para declarar la renta, o quién tiene la obligación de hacerlo.
Si tú eres de esas personas que presenta esas dudas ahora mismo, no te preocupes. En el siguiente artículo, te hablamos de todo lo que necesitas saber en relación al tema.
¿De qué se trata la Declaración de la Renta (IRPF)?
El IRPF no es más que el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, así como lo indican sus siglas. En conjunto con el IVA, se trata del segundo tipo de tributo de mayor recaudación para la Agencia Tributaria Española.
Como su nombre lo destaca, es un impuesto que todas las personas físicas que viven en el territorio español deben pagar. Este tributo se paga a razón de todas las rentas que hayas recibido anualmente. Para comprender mejor, se define lo siguiente:
- Con “rendimiento neto” se conoce a todo tipo de ingreso neto que hayas recibido en un año. En otras palabras, es lo que obtienes al restarle tus gastos deducibles a los ingresos.
- Persona física habla del componente humano, a diferencia de la figura de persona jurídica para el caso de sociedades mercantiles. Las últimas no se encuentran obligadas a presentar IRPF pues ya tiene un tributo propio asignado que es el Impuesto de Sociedades.
- Finalmente, se conoce como residente en España, en relación con la declaración de rentas, a todo ciudadano que ha vivido dentro del territorio español por más de 183 días continuos y en el mismo año.
Teniendo en cuenta el punto anterior, si no has residido por esa cantidad de días, eres definido como “no residente” cuando se trata de este tipo de impuesto. Para estos casos, tienes que presentar un tipo de declaración distinta: Impuesto de la Renta de No Residente (IRNR).
Nota: Lee nuestra guía sobre la Deducción por maternidad.
¿Quiénes están obligados a presentar la Declaración de la Renta?
Como bien señalamos con anterioridad, está en obligación de presentar la Declaración de la Renta toda persona física. Asimismo, es importante mencionar que no se tiene en cuenta si eres un ciudadano español o extranjero. En tal sentido, para ambos casos, debes pagar el tributo que corresponde.
La única exigencia para que este tipo de impuesto sea aplicable a una persona física, es que hayas vivido por 183 días o más en España durante el mismo año. De igual modo, si tienes la base de tu economía en España y:
- Percibiste rentas superiores al mínimo establecido en cada ejercicio.
- Tienes algunos tipos de rentas particulares como las que se obtienen por actividades económicas, a pesar de que no superen el mínimo, debes presentar la declaración.
Como aspecto importante, hay que destacar que todos los autónomos que lleven a cabo una actividad profesional o económica tienen la obligación de presentar la Declaración de la Renta siempre. No obstante, hay una excepción en este tipo de casos y ocurre cuando la suma total de las rentas no es superior a los 1.000 euros.
Nota: Lee nuestro artículo “Soy autónomo ¿Necesito un plan financiero?“.
¿Cómo debo declarar la renta?
Ahora que ya sabes en qué casos tienes obligación de presentar la Declaración de la Renta, seguramente te preguntarás cómo hacerlo.
El tributo tiene una declaración anual. Esta es la que todas las personas definen como “declaración de la renta”. Para proceder con la presentación de tu declaración, tienes que hacerlo cada año por medio del modelo 100 y lo efectúas entre los meses de abril y junio del año posterior.
Para comprender mejor, la declaración de las rentas que obtuviste en el año 2021, tienes que presentarlas entre los meses de abril y junio del año 2022.
Nota: No te pierdas nuestra guía completa para autónomos sobre el Modelo 130 del IRPF.
¿Qué rentas debo considerar en la Declaración de la Renta?
La norma con la cual se rige el IRPF establece en 5 modalidades de renta los posibles ingresos que tienes que declarar al ser una persona física, según su origen:
- Rentas derivadas del trabajo: Se trata de las rentas que obtienes por medio de tu trabajo anterior o actual.
Se incluyen en esta modalidad también, las nóminas que cobraste durante el año por concepto de dicho trabajo, las pensiones asignadas, subsidios, becas, prestaciones de desempleo, indemnizaciones, entre otros. Esto es lo que define la ley como “rendimientos del trabajo”. - Rentas derivadas de los ahorros: Básicamente, no es más que el dinero que puedas tener en cuentas de banco o cualquier otro tipo de inversión en la banca. Para este caso, la ley define estas rentas como “rendimientos del capital mobiliario”.
- Rentas derivadas de inmuebles: Estas rentas son las que recibes por tener propiedades de inmuebles. Puede ser por arrendarlos o por el simple hecho de tener una propiedad a tu nombre, que no sea tu vivienda habitual. La ley conoce esta renta como “rendimientos de capital inmobiliario”.
- Rentas obtenidas de hacer una actividad profesional o empresarial: Dicha rentas las recibes cuando llevas a cabo actividades profesionales o económicas por cuenta propia. Esto es lo que todas las personas conocen como “ser autónomo” y para la ley son “rendimientos de actividades económicas”.
- Rentas por ganancias o pérdidas patrimoniales: Se trata de las ganancias o pérdidas que se produzcan de la entrada o salida de bienes patrimoniales. Las ganancias que recibes por vender una propiedad a un valor mayor al que lo compraste, es un ejemplo de esto.
Si no estoy obligado a presentar Declaración de la Renta ¿No pago impuestos?
Si no logras alcanzar un valor mínimo de rentas en el año, no estás obligado a presentar la Declaración de la Renta de ese año. Sin embargo, el hecho de no presentarla no quiere decir que no debas pagar IRPF.
Si esas rentas que obtuviste, aunque no alcancen el mínimo, han tenido retenciones, la Agencia Tributaria ya ha hecho la recaudación de ese importe.
Conclusión
A pesar de no estar obligado a presentar la Declaración de la Renta, realiza el cálculo anual, pues es probable que te corresponda devolución. Además, tener una declaración implica un beneficio cuando necesitas acreditar el valor de las rentas por cuestión de trámites que así lo exigen.